El espacio, cuidadosamente diseñado, inunda todos los rincones de la tienda. Una encantadora obra visual armoniosa y lineal con detalles y elementos recurrentes.
Lo primero que llama la atención es el exterior, donde una pared de boyas de colores y un bote de remos transportan a los visitantes al corazón de la tienda. Al entrar, el espacio te sumerge por completo en la estética mediterránea de antaño, reflejada fielmente en los colores y los materiales elegidos para las instalaciones.
Toldos a rayas blancas y azules, aparadores y cajones de madera vintage y fregaderos de metal rústico, junto con cuerdas, redes y cestos trenzados, reproducen los ambientes de las pescaderías de barrio.
El recuerdo de los veranos italianos en la playa se expresa en las cerámicas y platos pintados a mano expuestos en la tienda: historias sobre el mar y la atención a los detalles, la artesanía y la pasión.